ENTREVISTA A ANDRIÁN RAMOS

26 Oct 2014
La Nación

Por Sebastián Campanario

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Estalló el verano económico: moda y tendencias para el académico moderno y actual

En su libro Una mente brillante, la biografía del pope de la teoría de los juegos John Nash, la periodista y escritora Sylvia Nasar hace un recorrido muy crítico por los premios Nobel de Economía, a los que califica como una suerte de "primos pobres" -en prestigio, claro está, no en dinero- de las restantes categorías galardonadas por la Academia Sueca.

Los premiados en este segmento tienen una edad promedio que supera en casi dos décadas a la de los premiados de otros rubros científicos. Eso lleva a concluir, según Nasar, que en Economía se reconoce más la trayectoria que la promesa de trabajo futuro, como pidió rescatar Alfred Nobel en su legado.

"El caso de Jean Tirole es exactamente lo contrario", dice el profesor de la Udesa y especialista en teoría económica de las organizaciones Christian Ruzzier. "Aunque su manual más clásico se editó en 1988, sigue siendo de candente actualidad y de mucha utilidad para cuestiones prácticas, una cualidad que no abunda en nuestra profesión", agrega. Ruzzier es uno de los economistas argentinos que más conocen a Tirole: hizo su doctorado en Toulouse, Francia, y tuvo al flamante Nobel en la mesa de evaluación de su tesis. "Sus desarrollos son muy modernos y apuntan al aporte que podemos hacer los economistas cuando la mano invisible del mercado no funciona", agrega.

Uno de los trabajos que señala la modernidad en las indagaciones de Tirole es su investigación sobre competencia en empresas de Internet que proveen algún tipo de servicio en forma gratuita (Google, Facebook, Uber) y obtienen sus rentas en otro mercado. Cómo regular lo que parecen ser "monopolios amigables" es una lección clave de los escritos del economista francés, que usaba en sus papers los términos "plataforma" o "efectos de red" mucho antes de que se popularizaran en la academia, y antes inclusive de que se fundaran Google o Facebook.

Parafraseando las tradicionales notas de la revista Gente con lo "in" y lo "out" para el verano, la academia económica tiene su propia agenda de temas de moda y tópicos en baja, que puede aproximarse con diversas fuentes. Una de ellas es el listado de campos temáticos que reconoce con becas por 250.000 dólares -la primera inscripción cerró el lunes pasado- el Institute for New Economic Thinking, una ONG basada en Nueva York que se creó tras la crisis financiera de 2007 y 2008 con un aporte inicial de 50 millones de dólares del magnate George Soros. "Nuestra noción del nuevo pensamiento económico es deliberadamente abierta y no dogmática, y recibimos propuestas que no necesariamente se basen en análisis económico formal y econometría", informa el instituto. En cambio, sí se pide "la mayor cantidad de referencias históricas posibles".

¿Qué temas y ejes son bienvenidos en el nuevo parnaso de la economía académica? La multidisciplinariedad, claro, es un mantra: suman puntos los estudios de economía del comportamiento, neuroeconomía, econofísica e intersecciones de la disciplina de Adam Smith y John Maynard Keynes con tras ciencias. También "los aportes cuantitativos imaginativos que ayuden a integrar a la economía con el desarrollo político y cultural de los países".

Están "in", como los zapatos de gamuza de colores (en ellos) o las sandalias con plataforma alta blanca (para ellas) para este verano, la economía del cambio climático y todo lo que tenga que ver con distribución del ingreso y sus efectos. La innovación, desde sus distintos ángulos, es un terreno que se promueve: el rol de los emprendedores, su economía política -el estado como emprendedor-, el capital de riesgo y la "dependencia del sendero" o "efecto Querty": las letras refieren a las teclas de arriba del teclado tradicional, y son un símbolo de aquellos inventos que no son óptimos, pero que se terminan imponiendo por efectos de red. El centro de estudios que impulsa Soros, además, es generoso con aquellos investigadores que se aboquen a la "cooperación" entre agentes económicos.

Contrapunto en Twitter

Es un listado de buenas intenciones que luego, en la práctica, no fluye todo lo bien que podría esperarse. Días atrás, la economista argentina Verónica Rappoport, profesora de la London School of Economics, discutió en Twitter con Ivan Werning, del MIT, sobre la realidad de la "multidisciplinariedad" en los congresos. "En muchos casos, en vez de lograr comunicación, las conferencias multidisciplinarias exacerban divisiones entre disciplinas", explica Rappoport. "Las metodologías en las que cada campo se encuentra hoy llegaron ahí por alguna razón. Vienen de una historia, de un conocimiento acumulado. Si no conocés ese proceso y sólo vez el estado actual, es muy probable que lo tildes de superfluo y chanta. A veces es posible que sea el caso, pero muchas veces es un estado con más fundamento del que uno cree, al venir de otro campo y al no conocer esa historia", sostiene.

Dentro de dos semanas se realizará en Posadas, Misiones, la reunión anual de la Asociación Argentina de Economía Política (AAEP), el mayor evento de la profesión a nivel local, en el cual se discutirán más de 120 papers presentados por economistas de todas las universidades del país. "Llama la atención la preponderancia de estudios sobre educación (desigualdades educativas, ineficiencia, evaluaciones PISA, calidad de la educación)", explica Walter Sosa Escudero, profesor de la Udesa y presidente de la AAEP. "Otro tema recurrente es la cuestión del agro, tema eternamente postergado en los 90 y que ahora parece ocupar un lugar central en la agenda. También posee un lugar relevante la construcción de indicadores, en particular regionales. Y la palabra "inflación" ha vuelto al lugar protagónico que había abandonado a principio de los 90.", agrega Sosa Escudero.

En Posadas, además, se presentarán varias investigaciones nutridas del fenómeno big data, la multiplicación de datos disponibles en la red.

¿Algún otro tema "in" en la agenda de los economistas para los meses que vienen? "Creo que un área muy promisoria es la de la "economía computacional basada en agentes ", apuesta Adrián Ramos, vicedirector del Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP) de la UBA, que lidera Daniel Heymann.

"Es un campo con mucho potencial para entender fenómenos económicos en donde confluyen experimentos, economía del comportamiento y capacidad computable. Estos desarrollos, probablemente en interacción con nuevos avances en temas como neuroeconomía, permitirán dar nuevos pasos en la comprensión de las decisiones humanas. Creo que por ahí viene la mano."

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